Por: Redacción
Miércoles, cuatro de septiembre del 2024
El avance tecnológico sigue sorprendiendo, y ahora es el turno de Li-Fi (Light Fidelity), pues busca revolucionar la conectividad inalámbrica, superando la velocidad y eficiencia del Wi-Fi. Desde su presentación en 2011 por Harald Haas, profesor de la Universidad de Edimburgo, ha captado la atención de expertos por su potencial para cambiar cómo nos conectamos.
El Li-Fi opera a través de la modulación de la luz emitida por LEDs, la cual es captada por dispositivos como teléfonos o computadoras. Esta luz se decodifica en datos, permitiendo una transmisión increíblemente rápida y segura. Aunque requiere una línea directa entre el emisor y receptor, lo que limita su área de cobertura, la tecnología ofrece una velocidad de transmisión que podría alcanzar hasta 224 Gbps, eclipsando el rendimiento del Wi-Fi, que actualmente llega a un máximo de 100 Mbps.
Otra ventaja del Li-Fi es su eficiencia energética. A diferencia del Wi-Fi, que necesita dos radios para la transmisión de ondas, el Li-Fi utiliza luces LED, reduciendo el consumo de energía y acelerando el proceso de transmisión de datos. Esto lo convierte en una opción ideal para ambientes donde la energía y la seguridad son cruciales.
Además, el uso de la luz visible en lugar de ondas de radio reduce la posibilidad de interferencias externas, convirtiéndolo en una tecnología ideal para áreas sensibles, donde la privacidad es fundamental. Aunque su cobertura está limitada a la habitación donde está instalado el transmisor, su capacidad para funcionar en entornos densamente poblados sin pérdida de calidad es notable.
La pregunta que queda es: ¿Será Li-Fi el siguiente paso en la evolución de la conectividad, o simplemente una tecnología de nicho? El futuro podría traer respuestas inesperadas y sorprendentes.