Por: Redacción
Miércoles, cuatro de septiembre del 2024
En el vasto mundo de los deportes paralímpicos, dos disciplinas se destacan por ser completamente únicas: el boccia y el goalball. Estos son los únicos deportes que no tienen un equivalente en los Juegos Olímpicos y están diseñados específicamente para atletas con discapacidad.
Boccia: Estrategia y precisión
El boccia, parte de los Juegos Paralímpicos desde 1984, es un deporte que combina estrategia y precisión. Se juega en una cancha de 12 metros de largo por 6 de ancho, con una pequeña bola blanca llamada “Jack” en el centro. Los jugadores, ya sea en formato individual, en parejas o en tríos, lanzan bolas de colores con el objetivo de acercarlas lo más posible al “Jack”.
Cada partido es un duelo de habilidades donde la concentración y la táctica son clave. El boccia es accesible para personas con parálisis cerebral o discapacidades severas, lo que lo convierte en un deporte inclusivo y desafiante.
Goalball: El sonido del gol
El goalball es otra disciplina exclusiva de los Juegos Paralímpicos, introducida en Toronto 1976. Este deporte es practicado por atletas con discapacidad visual y se juega en equipos de tres. La cancha está equipada con porterías que ocupan todo el ancho del campo.
El objetivo es simple: marcar goles en la portería contraria. Sin embargo, lo que hace único al goalball es el uso de un balón con cascabeles en su interior. Los jugadores deben escuchar atentamente para localizar la pelota y lanzarla rodando por el suelo, confiando en su audición y reflejos para interceptar los tiros del oponente.
México tiene su representante en estos deportes únicos. Eduardo Sánchez Reyes compite en boccia, y en estos Juegos Paralímpicos, disputa su segunda participación. Sánchez Reyes ha demostrado su dedicación y habilidad, llevando el orgullo mexicano a las competencias internacionales.