Por Carlos Pozos (Lord Molécula)
Lunes, cinco de agosto 2024
En el corazón de la selva de Quintana Roo, en la pequeña localidad de Hondzonot, un grupo de mujeres ha logrado lo que muchos creían imposible: transformar un simple pasatiempo en una poderosa herramienta de cambio social. Con ustedes, Las Diablillas de Hondzonot, un equipo de softbol que ha desafiado las normas y conquistado corazones.
Todo comenzó como un intento de salir de la rutina. Un partido de béisbol, pelotas de tenis y un grupo de mujeres determinadas. “Nos invitaron a una cuadrangular en un pueblito cerca del nuestro. Quedamos en primer lugar y nos sugirieron jugar softbol porque ese es el deporte de las mujeres,” cuenta Fabiola May Chulim, capitana del equipo. Así nacieron Las Diablillas, bautizadas así por su carácter mandón y rebelde, adjetivos que en su comunidad tradicional no son precisamente halagos.
Lo que comenzó como diversión rápidamente se convirtió en una pasión. Conformado por amas de casa, bordadoras y jóvenes, el equipo encontró en el softbol una manera de desafiar el machismo arraigado en su comunidad. “Dicen que nosotras no tenemos nada que hacer ahí. La costumbre es que los hombres manden, pero nosotras tenemos a nuestra familia que siempre nos apoya,” afirma Fabiola.
Las Diablillas no solo juegan; corren descalzas para sentirse más rápidas y cómodas, y portan huipiles que ellas mismas bordan, conectando así con sus raíces culturales. En 2018, su dedicación las llevó a limpiar un terreno, marcar un campo de juego y construir gradas de rocas, creando su propio espacio de entrenamiento.
El impacto de Las Diablillas ha trascendido fronteras. Su autenticidad y valentía les han ganado reconocimiento internacional. “Aunque perdamos o ganemos, seguimos demostrando que las mujeres podemos jugar un deporte que nos gusta,” dice orgullosa la capitana.
Este espíritu indomable ha llevado a Las Diablillas de Hondzonot a la conferencia de prensa matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador. Un reconocimiento que no solo celebra sus logros deportivos, sino también su contribución a la igualdad y empoderamiento de las mujeres.
En Hondzonot, cada día más mujeres jóvenes sueñan con unirse a Las Diablillas. El softbol les ha enseñado que pueden aspirar a algo más que las tareas del hogar y, más importante aún, que merecen ser respetadas y escuchadas.
Las Diablillas de Hondzonot no solo juegan softbol; están transformando vidas, desafiando estereotipos y abriendo caminos para futuras generaciones. Este reconocimiento presidencial es solo un paso más en su inspirador viaje hacia la justicia social y la igualdad de género.
Las Diablillas de Hondzonot son un ejemplo de cómo el deporte puede convertirse en una fuerza poderosa para el cambio, demostrando que la verdadera valentía reside en atreverse a soñar y luchar por un lugar en el mundo.
Con información de Softbolcancun.com